En el año 2019 publiqué mi primera novela histórica, de la mano de Ediciones B. Desde entonces, mis novelas no han parado de darme alegrías.
Soy un biólogo, dedicado al desarrollo rural y la agricultura, al que siempre le ha apasionado leer y también todo lo que tuviera que ver con la historia.
Fue en la adolescencia cuando llegó a mis manos la primera novela histórica que recuerdo. Se titulaba "Aquila, el último romano", de la escritora anglosajona Rosemary Sutcliff; y, aunque probablemente no sea la mejor novela que he leído en mi vida, sin duda es a la que más cariño guardo, pues fue la que abrió ante mis ojos un mundo hasta entonces insospechado. Comprendí que, gracias a la novela histórica, era posible combinar dos de mis aficiones favoritas: la ficción y la historia.
Años después, tras una suerte de apuesta, frente a la estantería en la que guardo mis libros favoritos, reparé de nuevo en Aquila: una edición simple, de bolsillo, de Gran Angular. Delgado, con poco más de doscientas cincuenta páginas ajadas y manchadas por la humedad, se encontraba casi escondido entre volúmenes mucho mayores, de ediciones más modernas y vistosas. Y, al volver a hojearlo, decidí que esa sería la época en la que quería sumergirme para desarrollar mi primera novela. Así que compré cuantos ensayos encontré sobre el período, dispuesto a desentrañar los misterios que entonces se me podían escapar. Realicé viajes a los lugares que me proponía incluir en mi historia, y así estuve un año, hasta que llegó el momento de sentarme y ponerme a escribir.
Lo postergué, por supuesto, algo abrumado. Pero una tarde de verano, a la hora de la siesta, con toda la labor de documentación terminada y el esquema de los protagonistas que quería crear desarrollado, sentí que si lo retrasaba aún más terminaría por no hacerlo, desperdiciando un trabajo que había realizado con ahínco e ilusión durante tanto tiempo. Así que me senté en un sillón junto a mi estantería, levanté la pantalla del portátil y, desde entonces, he añadido a mi pasión por la lectura, la de la escritura.
Si te gusta la novela histórica tanto como a mí, espero que disfrutes de las andanzas de mis personajes tanto como yo disfruto escribiéndolas.
Así que, si eres capaz de escuchar el retumbar de los tambores en la distancia y aspirar el humo que inunda el aire desde las almenaras, agarra tu escudo con firmeza, abrocha tu malla, y sitúate a la derecha de la formación, porque la batalla se acerca.
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